Ante la proximidad de la Coronación de Nuestra Señora del Carmen, vamos a ir publicando una serie de artículos breves para ir conociendo mejor la rica historia de la Archicofradía del Carmen de San Cayetano, en sus más de cuatro siglos de devoción a la Madre del Escapulario. "Cuánto más se conoce, más se ama":
Selección de joyas del Carmen, de los siglos XVIII y XIX. |
LA ARCHICOFRADÍA DEL CARMEN EN LA HISTORIA:
INVENTARIO DE JOYAS DEL CARMEN EN 1893
Se trata de un inventario realizado en el año 1881 y que se actualiza en el año 1893, al regreso de los Carmelitas Descalzos ese mismo año, conservándose afortunadamente todas las joyas citadas hasta el día de hoy:
- Una corona de plata para la Imagen de Nuestra Señora del Carmen con el mundo dorado, algunos adornos de perlas y piedras falsas, su peso treinta y ocho onzas y ocho adarmes, donación de la Señora Marquesa.
- Un cetro de plata con el mundo dorado, su peso siete onzas y siete adarmes, siendo una donación de la Señora Marquesa.
- Un peto de plata con escudo de la Orden Carmelita, su peso de dos onzas y trece adarmes, donación de la Señora Marquesa.
- Un escapulario de plata con cadena e id para la mano de la Virgen Santísima, su peso tres onzas y dos adarmes, donación de la Sra. Marquesa.
- Una joya con diamantes, esmeraldas, rubíes, topacios y tres ondas de perlas con dos hilos cada una de ellas, donación de la Señora Marquesa.
- Dos hilos de perlas para el cuello de la Virgen, con peso de trece adarmes y veinte y seis granos, siendo una donación de la Señora Marquesa.
- Dos pulseras de cinco hilos de perlas cada una de ellas, peso de veinte adarmes, siendo una donación de la Señora Marquesa.
- Dos cadenas de plata sobredorada de rositas, con peso entre ambas de dos onzas y dos adarmes, donación de la Señora Marquesa.
- Un par de zarcillos de oro con puntas de diamantes montados en plata, siendo una donación de Doña Isabel Rivas y Martínez.
- Otro id de la S. con diamantes rosas buenos, con peso de catorce adarmes fuertes, donación de la Señora Dolores Jiménez y Vázquez.
- Cuatro sortijas de oro con varias esmeraldas y hechura de teja, siendo una donación de la Señora Marquesa.
- Otra id de id con nueve granates, su peso un adarme y veinte y seis granos, siendo una donación de una bienhechora.
- Cinco cintillos de oro, donados por varios bienhechores.
- Una sortija de oro hechura calada con nueve diamantes rosas montados en plata, peso dos adarmes, donación de la Señora Doña María de los Dolores Urbano y Moreno, Madre del actual Hermano Mayor.
- Otra id montada en plata y el aro de medio oro con piedras falsas, siendo una donación de una bienhechora.
- Una sortija de oro flor plata con trece diamantes rosas, peso de cuatro adarmes menos cuatro granos legada por Doña Celestina Sáenz y Caballero, en su testamento otorgado en 23 de Agosto de 1860, ante el Escribano de la ciudad de Córdoba, Don Manuel Llorente y Fernández.
- Una corona de plata para el Niño de la Virgen Stma., con peso de ocho onzas y doce adarmes, donación de la Señora Marquesa.
- Otra id para diario, con peso de tres onzas y tres adarmes, siendo una donación de la Señora Doña Marquesa.
- Un escapulario de id, con peso de una y media onza, siendo una donación de la Señora Doña Marquesa.
- Unas pulseras con dos hilos de perlas, peso de un adarme y treinta y tres granos, siendo una donación de la Señora Marquesa.
- Unos zapatos de plata, con peso de una onza y quince adarmes.
Se firma, en Córdoba, el 6 de Febrero de 1881. Las alhajas fueron inventariadas, por el Platero Rafael Ruiz Martínez, el 5 de Diciembre de 1893. Firma el recibo de las obras la Camarera Ana González Vallarino, uniendo 1 sortija de oro con 9 puntas de perlas, regalada el 10 de Julio de 1894 por Mª. Ruiz y Sánchez.
El Platero Rafael Ruiz Martínez realiza la tasación de las joyas que asciende a la cantidad de 1.141,25 pesetas, una cantidad muy elevada en 1893. Las piezas más valoradas son la media luna y la corona de la Virgen, así cómo el peto de gala: "Una joya con 4 hondas de perlas, con 86 diamantes, entre grandes y chicos, 98 esmeraldas, 46 rubíes, 45 topacios y 38 amatistas".
Todo ello nos permite valorar esta pieza cómo una de las joyas marianas principales de la ciudad de Córdoba, que permite datarla a comienzos del siglo XVIII, cómo signo de la moda impuesta por los borbones a su llegada a la Corte.
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