La tarde de ayer estuvo marcada por la tradicional Imposición de la Ceniza, presidida por el Obispo. Ya por la noche, el incienso salió a la calle, acompañando a Nuestro Padre Jesús de las Penas.
Cómo cada año, la Imposición de la Ceniza marca, en la ciudad, el inicio de la Cuaresma. Así, los templos se abarrotaron ayer de fieles para cumplir con una costumbre, que se remonta a los orígenes de la Iglesia. Con la ceniza se recuerda al creyente, la fragilidad del hombre y la brevedad de la vida.
En la Catedral, el Obispo de Córdoba volvió a llamar, a los fieles, a la conversión. Demetrio Fernández presidió la Eucaristía y, posterior, Imposición de la Ceniza, a los fieles que se dieron cita en el primer templo de la Diócesis.
Casi al unísono, se repetía, en los templos, la tradicional frase "polvo eres y en polvo te convertirás", a la par que diversas cofradías cordobesas honraban a sus Titulares, ofreciendo el tradicional Quinario de Cuaresma.
Por la noche, Ntro. Padre Jesús de las Penas, Titular de la Esperanza, cruzaba las calles del barrio de San Andrés, vestido con túnica blanca y sobre una parihuela, exornada con iris morados. Los sones del Quinteto de Viento de la Banda de Música "María Santísima de la Esperanza", de Córdoba, solemnizaban el caminar del Señor de San Andrés, que en este inicio de la Cuaresma dejaba una estampa que parecía sacada de un álbum en sepia.
Algo más alejado, en San Antonio de Padua, en la interior del templo, con todas las luces apagadas, se rezó el Santo Vía Crucis alrededor de Jesús Humilde en la Coronación de Espinas. Ante un silencio absoluto caminaba el imponente rostro del Señor de la Coronación, iluminado por 4 hachones de luz.
Con el recogimiento propio del día y el olor a incienso en la calle, se cerraba, en la capital cordobesa, las puertas de otro Miércoles del Ceniza.
Francisco Mellado.
Fuente: Diario Córdoba. (ENLACE).
Cómo cada año, la Imposición de la Ceniza marca, en la ciudad, el inicio de la Cuaresma. Así, los templos se abarrotaron ayer de fieles para cumplir con una costumbre, que se remonta a los orígenes de la Iglesia. Con la ceniza se recuerda al creyente, la fragilidad del hombre y la brevedad de la vida.
En la Catedral, el Obispo de Córdoba volvió a llamar, a los fieles, a la conversión. Demetrio Fernández presidió la Eucaristía y, posterior, Imposición de la Ceniza, a los fieles que se dieron cita en el primer templo de la Diócesis.
Casi al unísono, se repetía, en los templos, la tradicional frase "polvo eres y en polvo te convertirás", a la par que diversas cofradías cordobesas honraban a sus Titulares, ofreciendo el tradicional Quinario de Cuaresma.
Por la noche, Ntro. Padre Jesús de las Penas, Titular de la Esperanza, cruzaba las calles del barrio de San Andrés, vestido con túnica blanca y sobre una parihuela, exornada con iris morados. Los sones del Quinteto de Viento de la Banda de Música "María Santísima de la Esperanza", de Córdoba, solemnizaban el caminar del Señor de San Andrés, que en este inicio de la Cuaresma dejaba una estampa que parecía sacada de un álbum en sepia.
Algo más alejado, en San Antonio de Padua, en la interior del templo, con todas las luces apagadas, se rezó el Santo Vía Crucis alrededor de Jesús Humilde en la Coronación de Espinas. Ante un silencio absoluto caminaba el imponente rostro del Señor de la Coronación, iluminado por 4 hachones de luz.
Con el recogimiento propio del día y el olor a incienso en la calle, se cerraba, en la capital cordobesa, las puertas de otro Miércoles del Ceniza.
Francisco Mellado.
Fuente: Diario Córdoba. (ENLACE).
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