Las hermandades y cofradías rezan el Vía Lucis en el recorrido del preciado Icono religioso por las calles de la ciudad.
Foto: Alex Martín. |
A las 18:30 horas, las campanas del Santuario de María Auxiliadora despedían a la comitiva cofrade, que se dirigía hacia la Santa Iglesia Catedral rezando el Vía Lucis, "El camino de la luz", devoción reciente que complementa al rezo del Vía Crucis. En este rezo se recorren catorce estaciones con Cristo triunfante, desde la Resurrección a Pentecostés.
Con esta oración de fondo comenzó a andar la Cruz que abría el cortejo. Tras ella, las hermandades de Gloria, seguidas de las de Penitencia. Así hasta llegar al Icono de la Virgen, portado sobre unas sencillas parihuelas.
Tras la representación mariana, y escoltada por cuatro faroles, llegó la Cruz de los Jóvenes, asida por un nutrido grupo de jóvenes, y no tan jóvenes, en alguna ocasión pertenecientes a distintas hermandades cordobesas, que se fueron turnando a lo largo del recorrido con el fin de que todas las corporaciones participaran en el traslado de la Cruz.
A muy buen ritmo avanzó la comitiva por unas calles desérticas, donde los participantes eran los mismos que iban en el cortejo que, dicho sea de paso, resultó demasiado fúnebre para ser un acto organizado por y para jóvenes. Una vez más, los cofrades con su afán de dar esa solemnidad mal entendida, crearon un acto carente de alegría y carente del sentido que tiene la Cruz de los Jóvenes, que no es otro que transmitir esperanza.
Quizás este hecho sea debido a que hubo más participación de representantes de Juntas de Gobierno que de jóvenes en sí. ¿Será por que no había banda?, No lo sabemos, el caso es que tampoco hubiese estado mal que unas marchas cofrades recibieran a uno de los iconos religiosos más importantes de los últimos tiempos. Si el acto es cofrade, ¿Por qué no lo celebramos con nuestra idiosincrasia?.
Poco a poco iba cayendo la tarde y la comitiva avanzaba por la calle San Pablo, donde la juventud de la hermandad de la Merced, encabezada por el vicario parroquial de San Antonio de Padua, José Antonio Gallego, ofrendó a la Cruz con una petalada seguida de una oración. Pétalos que volvieron a sorprender a la Cruz en distintos momentos del recorrido.
Poco a poco iba cayendo la tarde y la comitiva avanzaba por la calle San Pablo, donde la juventud de la hermandad de la Merced, encabezada por el vicario parroquial de San Antonio de Padua, José Antonio Gallego, ofrendó a la Cruz con una petalada seguida de una oración. Pétalos que volvieron a sorprender a la Cruz en distintos momentos del recorrido.
Ya en la Plaza de San Juan, ante el Santísimo expuesto en las Esclavas, el Obispo de la Diócesis, Demetrio Fernández, presidió el rezo de la novena Estación. A continuación, la comitiva se encaminó por el barrio de la Judería hacia la Catedral, donde para concluir el acto se celebró la Vigilia de Pentecostés.
Francisco Mellado.
Fuente: Diario Córdoba. (ENLACE).
Francisco Mellado.
Fuente: Diario Córdoba. (ENLACE).
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