Miles de fieles asisten a la Misa que cerró el ciclo de preparación a la Jornada Mundial.
La Cruz de los Jóvenes vivió ayer su último día de estancia en la Diócesis cordobesa. Alrededor de las 11:30 de la mañana, el emblema partió desde el Seminario hacia la Catedral, donde dio comienzo la Misa de despedida, presidida por el Obispo de la Diócesis, Demetrio Fernández.
En la homilía, el prelado dio las gracias a los jóvenes por su alta participación en este histórico evento de la Diócesis, asegurando que "la Cruz de Juan Pablo II ha sido un instrumento de evangelización en todos los lugares por donde ha pasado", una Cruz que "nos has traído a nuestra Diócesis de Córdoba a tantos miles de jóvenes que la han abrazado, que la han besado, que se han sentido perdonados en el sacramento de la penitencia y que se han acercado a comulgar limpios de pecado para sentirse unidos con Jesucristo", concluyó el prelado.
Entre aplausos y jóvenes gritando: "¡Esta es la juventud del Papa!", la Cruz de Juan Pablo II y el Icono salieron de la Catedral en dirección a la Puerta del Puente, donde tras el rezo del Ángelus, Demetrio Fernández aclamó: "¡Jóvenes, nos vemos en Madrid!". Acto seguido, la comitiva, entre cantos y rezos, cruzó el Puente Romano, donde junto a la Calahorra esperaba el Delegado de Juventud de la Diócesis de Aragón, que será la próxima en recibir la Cruz.
Francisco Mellado.
Fuente: Diario Córdoba. (ENLACE).
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