Demetrio Fernández pidió en la homilía respeto a las tradiciones. La devoción mariana llegó a los barrios de manos de las cofradías.
Como es tradicional, a las 10.30 de la mañana dio comienzo la eucaristía que Córdoba dedica a su patrona, este año presidida por primera vez por el nuevo obispo de la diócesis, Demetrio Fernández, concelebrada por el Cabildo Catedral, titular del santuario y el clero parroquial.
La ceremonia contó con diversas autoridades, entre los que se encontraban el presidente de la Agrupación de Cofradías, Juan Villalba, y una abundante representación del partido popular, que hacía contrastar la escasa participación del resto de partidos políticos.
CIENTOS DE FIELES Pero lo más importante fueron los cientos de fieles que como cada año abarrotaban las naves del templo en un continuo ir y venir, alternado con un trasiego de ramos de flores que en volandas cruzaban entre el tumulto. En la parte musical, intervino la coral de Nuestra Señora de la Fuensanta, cuyas cálidas voces dieron el comienzo a la ceremonia, una ceremonia cargada de solemnidad donde el obispo de la diócesis, Demetrio Fernández, pidió a la sociedad "respeto a las tradiciones". El prelado insistió en que no percibir la devoción del pueblo "es tener poca sensibilidad". Demetrio Fernández dijo contundente que "el pluralismo se fomenta por todos los cauces y muchas veces nuestras tradiciones se ignoran".
Asimismo, el prelado señaló que "no corren tiempos fáciles para la religión en una sociedad que continuamente intenta borrar la huella de Dios". Finalmente, tuvo unas palabras para abogar por la defensa de la vida pidiendo a la Virgen de la Fuensanta "que proteja a todas las madres ya que son fuentes de la vida" concluyó.
LOS BARRIOS Junto a la devoción a la Fuensanta, un año más las cofradías cordobesas volvieron a rendir honor a la Virgen en el día de la Natividad.
A primeras horas de la mañana, cruzó la Huerta de la Reina en rosario de la Aurora la Virgen de la Estrella. En el barrio de San Lorenzo, la devoción era compartida por la Virgen de Villaviciosa y la Virgen de la Piedad. La primera presidía con sumo gusto el altar mayor de la iglesia de San Lorenzo, mientras que la segunda, toda vestida de blanco, recibió en besamanos a fieles y devotos en el santuario de María Auxiliadora. Y con la añoranza de la ermita del Arco Bajo, la Virgen del Socorro, exquisitamente vestida, estuvo expuesta en besamanos en la basílica de San Pedro. La popular imagen recibió durante todo el día la visita de sus hermanos y devotos.
Fuente: Diario Córdoba.
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