-CÓRDOBA RECUERDA A SUS PATRONES.

Una ofrenda floral en el Puente Romano junto a una misa de rito hispano-mozárabe evocan en su festividad a los patrones de la ciudad, San Acisclo y Santa Victoria.

La lluvia dio ayer tregua a las cofradías cordobesas para rendir homenaje a los patrones de la ciudad, San Acisclo y Santa Victoria. El acto, organizado por la hermandad de la Misericordia, se desarrolló en el Puente Romano ante la hornacina donde la ciudad recuerda a los siempre santos (a pesar de que se obvie el san) Acisclo y Victoria.

Las cofradías de la Misericordia, Paz, Caridad, Huerto, Esperanza y Buena Muerte fueron algunas de las que depositaron un ramo de flores ante el mausoleo de los mártires. Acto seguido, el hermano mayor de la hermandad de la Misericordia, Manuel Ramírez, alzó su voz para entonar una oración a San Acisclo y Santa Victoria que concluyó con un Padre Nuestro colectivo en honor a los patrones de la ciudad.

Horas después, en la basílica menor de San Pedro, lugar donde se conservan y veneran las reliquias de los mártires cordobeses, todo estaba preparado para que diera comienzo la misa de rito hispano--mozárabe con la que la diócesis de Córdoba cada año honra a sus patrones. En el altar mayor se erigía la dorada cruz de guía de la hermandad de la Misericordia a cuyos pies se encontraban las imágenes de San Acisclo y Santa Victoria escoltados con cera roja y exornados con flor del mismo color.

Poco a poco, las naves del templo se fueron llenando de fieles, al mismo tiempo que hacía su entrada el obispo de la diócesis, Demetrio Fernández, encargado de presidir la eucarístia. El prelado, después de orar ante las reliquias de los mártires expuestas al culto en la capilla sacramental de la basílica de San Pedro, se dirigió hasta la sacristía del templo fernandino, desde donde partió la procesión claustral mientras el coro del seminario mayor de San Pelagio entonaba el canto de entrada.

Demetrio Fernández manifestó sentirse muy honrado de presidir por primera vez esta celebración y aseguró que "es un honor celebrar por primera vez la festividad de San Acisclo y Santa Victoria en un lugar que es todo un relicario de la historia religiosa de la ciudad". El prelado destacó a lo largo de su extensa homilía el "valor de los mártires", en los que San Acisclo y Santa Victoria son "un modelo a seguir". La ceremonia fue seguida por numerosos fieles que abarrotaron las naves de la Basílica de San Pedro para honrar a los dos patrones de la ciudad de Córdoba.

Fuente: Diario Córdoba.

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