A continuación les mostramos unos retales del XX Pregón en honor a Nuestra Señora del Socorro, celebrado el pasado 1 de Septiembre, que nos ha enviado el Rvdo. P. F. Juan Dobado Fernández (O.C.D.), quién estuvo a cargo del acto:
"UNA GUARDERÍA MUY CORDOBESA":
Algunos detalles del XX Pregón a Ntra. Sra. del Socorro 2012.
In memoriam, D. Miguel Arjona Navarro.
Dile, Madre del Socorro, a los ángeles de tu sagrado templete, salidos de sus manos, que en un momentito le lleven frutas o un riquísimo merengue, que le van a encantar. Dile que le están esperando, que acaba de reunirse contigo porque así se lo enseñaba su fe mariana, que Tú eres el mejor canal posible para llegar al Puerto de Salvación, Cristo Jesús, a quién llevas en tus brazos.
Dile, Reina de la Plaza, que los respiraderos y la peana de tu templete que él mismo recuperó, llevan el oro que ahora puede contemplar a tu lado en el Paraíso Celestial de tu Morada Eterna. Pregúntale, Madre, a nuestro querido Miguel Arjona, y que nos diga cómo es tu semblante, cómo eres cara a cara, cómo será tu Belleza Deslumbrante. Sé que no puede venir a contárnoslo, porque allí se llega para descansar eternamente en la contemplación de la Suma Belleza del Creador y en la Armonía de la Creación Original, y también para interceder por los que caminamos en este valle de alegrías y de lágrimas.
Dile, Madre, que le tendremos presente en la bondad y sencillez de su persona y en la genialidad de su creación, díselo de nuestra parte, que no le olvidamos.
Hijo. Es una palabra muy preciosa, que cómo suena mejor es en labios de una madre, sólo ahí adquiere su plenitud. Cómo una madre llama a su criatura, "hijo", es cómo Dios escribe así las páginas más bellas de su bondad eterna.
Y verte a ti, Madre del Socorro, con tu Niño en brazos, es cómo más nos gustas, ¡Tan Madre!. Y nos gustas porque en Él nos tienes a todos nosotros.
Y nos encanta tu Niño, un Niño muy cordobés, que pertenece a esa "guardería", entre comillas, de preciosos Niños de las imágenes marianas cordobesas antiguas, las de solera. Son el Niño de la Virgen de los Remedios, en San Lorenzo, que es el más travieso, el Niño del Rosario, en San Pablo, que es el más aristocrático, el del Carmen Coronada de San Cayetano, el más chiquitín y sonriente, y éste del Socorro Coronada, el que nos bendice con más tesón. Niños cordobeses de nuestras glorias, niños cordobeses, con aires de Sandoval, seguid bendiciendo a los pequeños de familias y a los necesitados y los que más sufren, hoy por Ruth y José, dos ángeles de tu templete celestial.
Siglos. En mi Casa de la Cuesta es familiar tu nombre, Señora del Socorro, pues tenías capilla propia junto al Caído y la devoción de la comunidad. Y era una imagen fervorosa, cuyos priores cuidaban con veneración y mimo cómo una de las principales del templo carmelitano y hasta se hizo un libro barroco con su historia y devoción. Por eso recuerdo con emoción tu visita junto al Carmen en el Rosario de Aurora con motivo de tu Coronación Canónica, un día inolvidable para la comunidad carmelitana y para ambas cofradías de gloria, algo que me recuerda estampas del pasado inusuales cómo muestra de esa buena relación entre las dos cofradías, cómo la Procesión del Carmen de San Cayetano, en 1924, con el templete del Socorro, o cuando en la guerra española, el Carmen perdió su capa y algún año salió con el manto del Socorro.
Casa. Esta palabra evoca algo que pertenece de cerca, "estar en casa", o la expresión "algo de casa", nos habla de intimidad y familiaridad. Esta palabra es la que resume lo que significa la Ermita del Socorro. Es la Casa de María, cómo si de un Loreto en Córdoba, Ella ha puesto su casa en medio de sus vecinos. Me atrevería a decir que tiene las medidas del Loreto Italiano, una casa de Nazaret en la plaza principal de Córdoba, para estar más cerca de todos.
Una casa que tu cofradía cuida para que esté lo mejor posible, con mucho sacrificio, ¡Qué no concederá la Virgen a quién cuida su Casa!. Aunque ahora sean dificultades, Ella tenderá su mano generosa, cómo lo ha hecho en siglos.
Es su Casa entre nazarena y cordobesa, nazarena porque la cuida San José desde la entrada, cómo cabeza, o rematando el Retablo Mayor, o en el Crucificado de Ánimas, velando para que la estirpe de David sea desde donde nazca el Salvador. No fue José una figura secundaria, fue el eslabón pensado por Dios para unir los dos testamentos, y lo hizo a su Ser, y al ser de María: Hombre del silencio, de pocas palabras, pero ternura con María y Jesús. Y aquí, no es secundario, es elegante y con porte, de rostro sereno y bondad transparente. Está bien junto a la puerta, para que le pidamos, que decía Santa Teresa que le pidiéramos con confianza, que Dios le escuchaba, que si lo tuvo sujeto en la tierra, cómo su padre, ¿Cómo no le va a hacer caso en el cielo?.
Pero su Casa se ha hecho cordobesa, porque al otro lado defiende de los peligros el Arcángel cordobés, San Rafael, que desde su presencia en Tierra Santa y su vuelta a los cielos, ha sido enviado por el Padre, se ha quedado en esta ciudad y vela por la Sagrada Familia en su Casa de la Corredera. También velaba por la Señora en la calle, acompañándole en su solemne Procesión.
Y cordobesa sigue siendo esta Casa en su Retablo Mayor de Sánchez de Rueda, cuyo dibujo en el Museo de Bellas Artes nos muestra la elegante estampa del Socorro en las centurias de nuestro mejor barroco. Hojarascas y estípites, flores y frutos para la Reina que abastece sin cesar, bajo la mirada de su celestial esposo. Y aquí tenían que estar los patronos, Acisclo y Victoria, cómo testimonio de la fe de Córdoba, su fe de siempre, que no es del s. XIII, sino de los primeros inicios de las comunidades cristianas en los albores del cristianismo en Europa, cuando Osio era la mente más deslumbrante de Europa. Que para ello derramaron su sangre inocentes en la historia, tantas reliquias que parecen desbordarse de la urna de plata de San Pedro, no son más que la página más gloriosa de Córdoba en la defensa de su fe cristiana.
Imagen muy difuminada, de 1924, en la que se aprecia a Ntra. Sra. del Carmen de San Cayetano, en su solemne Procesión, con el templete de Ntra. Sra. del Socorro. |
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