El primer Viernes de Marzo volvió ayer a alzarse cómo uno de los grandes días en la espera de la próxima Semana Santa del 2012.
El primer Viernes de Marzo volvió ayer a ser uno de los días grandes de la espera de la próxima Semana Santa del 2012, en torno a dos Besapiés y un Besamanos, y a las muchas cofradías que celebran sus cultos en estos días.
El Besapiés a Nuestro Padre Jesús Nazareno Rescatado presentaba la imagen flanqueada por los rotundos faroles de su paso. Cirios morados de dibujo descendente le señalaban, mientras que la Virgen de la Amargura se ubicaba en un plano superior, con un manto abierto. Un trasiego fue llenando el templo durante todo el día, cómo es tradicional, y sorprendió que muchas de las mujeres no besaran el pie de la imagen, sino que tocaran la borla del cíngulo.
A pocos metros, todo cambiaba. La Hermandad del Santísimo Cristo del Remedio de Ánimas, había instalado un Besapiés simbólico y tenebrista, en la línea de los últimos años. Quién quisiera acceder a la capilla debía acceder bajo una negra estructura de cultos, que simulaba las puertas de la muerte, presidida por una calavera coronada, habitual en la iconografía de la cofradía.
La flanqueaban, entre negros plumeros, un búho y una máscara, signos de oscuridad, en un montaje que no dejó de sorprender. Los ángeles tenantes del paso mostraban, cómo símbolos de condenación, cadenas y mortaja. Sobre ellos, dos leyendas que recuerdan la fugacidad de la vida: "Finis Gloriae Mundi" e "In Ictu Oculi", que se puede traducir cómo "En un abrir y cerrar de ojos".
La salvación.
Franqueando este luctuoso acceso, los faroles de viático, que portan los nazarenos de la cofradía, iluminaban un camino que conducía hasta el fondo de la capilla. Allí estaba el "Stabat Mater" que formaban el Santísimo Cristo del Remedio de Ánimas y Nuestra Señora Madre de Dios en sus Tristezas, que se ofrecían cómo la salvación. No faltaban allí tampoco los símbolos, porque otros dos ángeles sostenían una palma y una túnica, en señal de Redención.
A pocos metros de allí, estaba, en Besamanos, el Señor del Prendimiento. Suyo, era un Altar de Cultos, con la Virgen de la Piedad y San Juan situados en una cota inferior a la talla del Señor, y una airosa composición de 72 piezas de cera. Seis fanales de clavel rojo, y centros, a los pies de cada imagen completaron, junto a un Niño Jesús, la estructura. Ayer, el altar fue presidido por la Cruz de Guía, al haber descendido el Señor para su Besamanos.
Los cultos, dispuestos por la ciudad, destacaban por su austeridad. El del Buen Suceso, por su altura, el del Descendimiento, con todas las figuras de su misterio, y el de la Redención, son algunos de los que más llaman la atención.
Joaquín de Velasco.
Fuente: El ABC de Córdoba. (ENLACE).
El primer Viernes de Marzo volvió ayer a ser uno de los días grandes de la espera de la próxima Semana Santa del 2012, en torno a dos Besapiés y un Besamanos, y a las muchas cofradías que celebran sus cultos en estos días.
El Besapiés a Nuestro Padre Jesús Nazareno Rescatado presentaba la imagen flanqueada por los rotundos faroles de su paso. Cirios morados de dibujo descendente le señalaban, mientras que la Virgen de la Amargura se ubicaba en un plano superior, con un manto abierto. Un trasiego fue llenando el templo durante todo el día, cómo es tradicional, y sorprendió que muchas de las mujeres no besaran el pie de la imagen, sino que tocaran la borla del cíngulo.
A pocos metros, todo cambiaba. La Hermandad del Santísimo Cristo del Remedio de Ánimas, había instalado un Besapiés simbólico y tenebrista, en la línea de los últimos años. Quién quisiera acceder a la capilla debía acceder bajo una negra estructura de cultos, que simulaba las puertas de la muerte, presidida por una calavera coronada, habitual en la iconografía de la cofradía.
La flanqueaban, entre negros plumeros, un búho y una máscara, signos de oscuridad, en un montaje que no dejó de sorprender. Los ángeles tenantes del paso mostraban, cómo símbolos de condenación, cadenas y mortaja. Sobre ellos, dos leyendas que recuerdan la fugacidad de la vida: "Finis Gloriae Mundi" e "In Ictu Oculi", que se puede traducir cómo "En un abrir y cerrar de ojos".
La salvación.
Franqueando este luctuoso acceso, los faroles de viático, que portan los nazarenos de la cofradía, iluminaban un camino que conducía hasta el fondo de la capilla. Allí estaba el "Stabat Mater" que formaban el Santísimo Cristo del Remedio de Ánimas y Nuestra Señora Madre de Dios en sus Tristezas, que se ofrecían cómo la salvación. No faltaban allí tampoco los símbolos, porque otros dos ángeles sostenían una palma y una túnica, en señal de Redención.
A pocos metros de allí, estaba, en Besamanos, el Señor del Prendimiento. Suyo, era un Altar de Cultos, con la Virgen de la Piedad y San Juan situados en una cota inferior a la talla del Señor, y una airosa composición de 72 piezas de cera. Seis fanales de clavel rojo, y centros, a los pies de cada imagen completaron, junto a un Niño Jesús, la estructura. Ayer, el altar fue presidido por la Cruz de Guía, al haber descendido el Señor para su Besamanos.
Los cultos, dispuestos por la ciudad, destacaban por su austeridad. El del Buen Suceso, por su altura, el del Descendimiento, con todas las figuras de su misterio, y el de la Redención, son algunos de los que más llaman la atención.
Joaquín de Velasco.
Fuente: El ABC de Córdoba. (ENLACE).
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