21:32
A. Martín
Con la Iglesia Conventual de San José (San Cayetano) a oscuras y repleta de fieles deseosos de ver a su Madre del Carmen entronizada en su nuevo camarín, a las 19:30 h. se comenzó a iluminar el camarín ante el silencio primero y luego un atronador aplauso y vivas, de los fieles, a su Madre que aparecía cómo una visión de la misma gloria celestial que le envuelve. Vivas, aplausos, campanas al vuelo y plegarias ardientes a la Reina del Carmelo.
Para la gran mayoría era una verdadera sorpresa, ya que, aunque se esperaban una obra digna para Ella, comentaban que era algo diferente, único.
El P. Francisco Javier Jaén procedió a su Bendición, subiendo hasta el mismo camarín por la clausura conventual, ante la mirada de sus devotos.
La pieza, cuya ejecución ha durado alrededor de dos años, está insertada en el Altar Mayor de la Iglesia Conventual de San José (San Cayetano), una obra del siglo XVII donde recibe culto diario la Titular de la Archicofradía.
El camarín se compone de paneles tallados, así cómo una bóveda, igualmente tallada, cuya ornamentación, al igual que la de todo el conjunto, está basada en la decoración del Altar Mayor, intentando acercarse, en las formas, lo máximo posible al original del siglo XVII, con el fin de buscar la unidad estilística.
Todas las piezas, que componen este espacio, han sido talladas a mano.
Todo este laborioso trabajo de madera ha sido, posteriormente, dorado en oro fino bruñido, encontrándose, en algunas partes, estofado en distintos colores, siguiendo las técnicas de los maestros de los siglos XVII y XVIII.
Finalmente, se ha intervenido en la peana-nube, que sustenta a la Virgen, a la que se le han insertado unos querubines fechados en el siglo XVIII, adscritos a la órbita del afamado escultor cordobés Alonso Gómez de Sandoval.
La pieza, cuya ejecución ha durado alrededor de dos años, está insertada en el Altar Mayor de la Iglesia Conventual de San José (San Cayetano), una obra del siglo XVII donde recibe culto diario la Titular de la Archicofradía.
El camarín se compone de paneles tallados, así cómo una bóveda, igualmente tallada, cuya ornamentación, al igual que la de todo el conjunto, está basada en la decoración del Altar Mayor, intentando acercarse, en las formas, lo máximo posible al original del siglo XVII, con el fin de buscar la unidad estilística.
Todas las piezas, que componen este espacio, han sido talladas a mano.
Todo este laborioso trabajo de madera ha sido, posteriormente, dorado en oro fino bruñido, encontrándose, en algunas partes, estofado en distintos colores, siguiendo las técnicas de los maestros de los siglos XVII y XVIII.
Finalmente, se ha intervenido en la peana-nube, que sustenta a la Virgen, a la que se le han insertado unos querubines fechados en el siglo XVIII, adscritos a la órbita del afamado escultor cordobés Alonso Gómez de Sandoval.
Los artistas: Mariano y Rafael Villa, Miguel Ángel Arroyo González y Rafael Barón Jiménez recibieron las felicitaciones de todos, así cómo Romero Zafra, que vio a sus ángeles ubicados junto a la Madre del Carmelo.
Una noche de emociones anhelantes ante lo que será el 12 de Mayo.
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