Los templos cordobeses vivieron ayer un intenso día marcado por la devoción alrededor de la festividad de la Purísima.
El blanco y azul fue ayer el color que predominó en la ciudad. Blanco y azul en el cielo que propició un hermoso paseo por los templos donde la liturgia también se vestía de blanco y azul para recordarnos el dogma de la Purísima Concepción de la Virgen María.
Esta devoción a la Siempre Pura quedó ayer perpetuada entre el abanico de advocaciones de las Titulares Marianas de nuestras cofradías expuestas en Besamanos. Así se pudo ver a la Virgen de la Palma en San Lorenzo, Concepción en Santiago, Gracia y Amparo en San Nicolás, Reina de los Ángeles en Capuchinos, Alegría en Santa Marina, Mayor Dolor en su Soledad en San Cayetano, Esperanza del Valle en Beato Álvaro y, al otro lado del río, la Virgen del Dulce Nombre en San José y Espíritu Santo, y la Encarnación en Jesús Divino Obrero.
Por otra parte, la Virgen de la Esperanza salió a las calles de la ciudad en su Rosario de la Aurora que, en esta ocasión, tuvo cómo destino la Iglesia Hospital de San Jacinto (Los Dolores), donde se celebró una Eucaristía en la que se realizó el hermanamiento entre La Esperanza y Los Dolores.
Por otra parte, la Virgen de la Esperanza salió a las calles de la ciudad en su Rosario de la Aurora que, en esta ocasión, tuvo cómo destino la Iglesia Hospital de San Jacinto (Los Dolores), donde se celebró una Eucaristía en la que se realizó el hermanamiento entre La Esperanza y Los Dolores.
Francisco Mellado.
Fuente: Diario Córdoba. (ENLACE).
(Texto ampliado por PdC: El Blog).
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