Cientos de jóvenes abarrotan el barrio del Alcázar Viejo para asistir a la procesión extraordinaria de la Virgen del Tránsito, que pasó la noche en la Catedral.
Foto: Francisco González. |
Bulliciosa y ruidosa. La tarde de ayer fue inusual en San Basilio. Los participantes en las Jornadas Mundiales de la Juventud rompieron la tranquilidad habitual en el barrio del Alcázar Viejo. Con sus banderas y sus cánticos multilingües, los cientos de jóvenes de diferentes países que a partir de mañana se encontrarán con el Papa en Madrid revolucionaron la salida de la procesión de la Virgen del Tránsito, un clásico en el calendario cofrade estival que este año se ha adelantado un día para, precisamente, coincidir con los jóvenes. "Lo normal es que haya más vecinos que extranjeros. Pero hoy es todo lo contrario", dijo extrañada Encarnación Castejón, una vecina de la zona.
La procesión salió puntual a las 19:00 h. y fue acompañada por la Banda de Música "Tubamirum", de Cañete de las Torres, que abrió el cortejo con la marcha "Pasa la Virgen Macarena". El acto tuvo un carácter excepcional, debido a que lo tradicional es que el desfile tenga lugar cada 15 de Agosto, cuando se celebra la Asunción de María. Y también extraordinario fue que la "Virgen de Acá" llegara a la Mezquita-Catedral, donde a las 21:00 h. se celebró un acto mariano. Sólo en dos ocasiones anteriores la imagen ha entrado en la Catedral: en 1988, por el Año Mariano, y durante un rezo del Rosario organizado por la Agrupación de Cofradías, explicó ayer el Hermano Mayor, Bonifacio Gómez.
Mecido entre nardos blancos y azucenas, el paso avanzó por San Basilio, atravesó el arco de las Caballerizas Reales y enfiló la Catedral, adonde entró por la puerta de Santa Catalina. "Es un día muy especial por todos los jóvenes que hay en la calle", destacó el Hermano Mayor de la corporación. El capataz, Antonio Jurado, repitió en el cargo por sexto año consecutivo: "Es la continuación del trabajo que hacemos en Semana Santa", explicó minutos antes de que la puerta de la iglesia se abriera. Para los 40 costaleros que hicieron el recorrido de dos horas, meterse debajo del paso supuso un acto de "sacrificio" por los más de 35 grados de temperatura que se registraban a esa hora.
Ángel Robles.
Fuente: El Día de Córdoba. (ENLACE).
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