El Obispo esperaba el símbolo de la Jornada Mundial de los Jóvenes junto al Arco del Triunfo.
Foto: Diario Córdoba. |
Centenares de cordobeses de todas las edades se concentraron ayer en el entorno del Puente Romano y junto al Arco del Triunfo para ver llegar la Cruz de la Juventud, que desde el pasado Lunes recorre la provincia de Córdoba. Multitud de jóvenes se turnaron para portar el gran símbolo de la Jornada Mundial de la Juventud, que tendrá lugar este verano en Madrid, así como el icono de la Virgen y la imagen del beato Bartolomé Blanco, "mártir de la Guerra Civil", según informó un miembro de la organización. Todo ello, rodeado de adornos en blanco y rojo, colores elegidos para esta celebración. A modo de anécdota, cabe señalar que el acto sorprendió a multitud de viandantes y turistas que, sorprendidos por la inesperada procesión, preguntaban si lo que estaba pasando tenía algo que ver con la Semana Santa.
Al tiempo que la Cruz avanzaba por el puente, el sonido de los cohetes se intercalaba con el coro de niños del colegio Santa Victoria, que acompañaron la procesión con canciones religiosas, y las voces de jóvenes, de ambos sexos, que leyeron textos sagrados en referencia a Jesús y a María.
El momento en que la Cruz cruzó el Arco del Triunfo sirvió como entrada simbólica en la ciudad, donde le esperaba otro coro, esta vez de jóvenes seminaristas, que entonaron una canción al unísono. En un ambiente festivo, tuvo lugar el acto de bienvenida, en el que el Obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, recordó a los presentes el sentido de la Cruz de la Juventud, "que el Papa Juan Pablo II regaló a los jóvenes en 1984 y lleva desde entonces recorriendo todo el mundo, por lo que acumula millones de besos de jóvenes". El Obispo tuvo ocasión de leer la inscripción que porta la Cruz en distintos idiomas y que dice así: "Queridos jóvenes, al clausurar el Año Santo os confío el símbolo del año jubilar, llevadla por el mundo como signo del amor de Jesús y anunciad que sólo en Cristo hay redención". Demetrio Fernández debió oír las quejas de algunos mayores, que echaban en falta la presencia de más jóvenes y dijo: "Juan Pablo II regaló esta Cruz a los jóvenes hace 27 años y hace 27 años, ¿quién no era joven? La Cruz de Cristo es la misma ayer, hoy y siempre", lo que arrancó un aplauso general.
A partir de ahí, la Cruz siguió su recorrido por distintas calles del casco histórico y centro de la ciudad hasta llegar a la iglesia de la Compañía, donde el Seminario organizó una oración vocacional. Más tarde, fue trasladada al Monasterio de Santa Ana, donde pasó la noche.
Araceli R. Arjona.
Fuente: Diario Córdoba. (ENLACE).
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