El sol permite que algunos de los emblemas florales luzcan todo su esplendor durante el mediodía de la jornada final de concurso.
Después de unos días marcados por el mal tiempo, ayer el sol volvió a brillar en el cielo de la capital cordobesa para despedir a las Cruces que desde el pasado Jueves han adornado distintos rincones de la capital cordobesa. De esta forma, los emblemas florales pudieron lucir todo su esplendor durante las últimas 24 horas de prórroga concedidas por el Ayuntamiento. Y los colectivos aprovecharon la jornada para paliar, en parte, los efectos negativos causados por la lluvia en sus cajas registradoras.
La plaza de San Hipólito fue uno de los puntos más emblemáticos en los que se pudo vivir ayer la fiesta en todo su esplendor. Las sevillanas y las rumbas sonaban a todo volumen a mediodía, lo que animó a muchos grupos de trabajadores a hacer una parada antes de llegar a casa. Las personas se agolpaban en la barra para disfrutar de una cerveza bien fría o una copa de vino con la imagen de fondo de la Cruz, que finalmente lucía bajo un gran cielo azul. Lo mismo ocurría en el bulevar de Hernán Ruiz en el que un grupo de jóvenes bailaban por primera vez unas sevillanas sin tenerse que refugiar bajo los toldos instalados en el recinto.
No obstante, otros colectivos decidieron dedicar la jornada de ayer para comenzar el desmontaje de la cruz o finalizar las labores que iniciaron durante la noche del pasado Lunes. En la plaza del Conde de Priego, los miembros de la Hermandad del Resucitado se afanaban en la retirada de todo el montaje, así como de las macetas y los claves rojos de su emblema floral. Según el responsable de la cruz, José Córdoba, la cofradía había declinado la opción de aprovechar la jornada del Martes porque "creemos que eso supone más gastos en una edición que no ha dado los resultados esperados". De una u otra forma, ya se ha dado el último adiós a esta fiesta para dar la bienvenida a otras.
Fuente: El Día de Córdoba. (ENLACE).
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