La Virgen del Rosario lleva desde ayer en su paso de palio un cirio por los afectados por esta enfermedad.
Fue un acto tan bellamente sencillo como bellamente pensado. La mejor forma de acabar de montar un paso de palio fue la que ayer tuvo la hermandad del Cristo de la Expiración en la Real Iglesia de San Pablo.
Estaba la Virgen del Rosario ya en su paso, llenándolo todo a falta de un detalle pequeño, muy pequeño, pero a la vez grandioso como en ocasiones son los detalles, aunque en este caso con más razón.
Faltaba un cirio en su candelería, el más importante este año, que a primera hora de la tarde quedó sembrado muy cerquita de la imagen sagrada a la que alumbrará para que a la vez Ella ilumine a quienes se lo ofrecían, por quienes se encenderá en la tarde del Viernes Santo antes de que comience la estación de penitencia. La leyenda escrita en la cera decía: «Por los enfermos de cáncer de Córdoba».
La presidenta provincial de la asociación que lucha contra esta enfermedad, María Luisa Cobos, fue la encargada de subir al paso de palio y colocar el cirio en el candelabro de la calle central de la última fila, la más cercana a la Virgen del Rosario, cuya hermandad pretende que en adelante se ofrezca una vela a María Santísima por otras causas o colectivos de personas enfermas que lo necesitan como los que padecen la enfermedad de alzheimer o los trasplantados.
Antes de que la presidenta de la Asociación Española Contra el Cáncer de Córdoba (AECC) «pinchara», como se denomina en el argot cofrade a este momento, la vela ayudada por el prioste de la hermandad, el cirio blanco fue bendecido por un padre claretiano.
El motivo de que se haya decidido llevar a cabo esta iniciativa lo explicó el hermano mayor de la Expiración, Rafael del Pino: «Las hermandades deben estar con las personas que sufren». De ahí que ésta vaya a ofrecer por los enfermos de cáncer algo más. Será el donativo que se ha solicitado a más de 300 cofrades que el Viernes Santo hacen estación de penitencia, a los que se ha dado junto a su papeleta de sitio un sobre que llevarán cuando vayan a San Pablo a acompañar a las sagradas imágenes.
Ese día volverá la presidenta de la Asociación Contra el Cáncer a estar delante de la Virgen del Rosario, con el cirio ya encendido para, en nombre de todos los enfermos, llamar para la primera levantá de la procesión.
Quienes no pudieron superar la enfermedad estarán presentes en las intenciones de la hermandad de la Expiración, que ofrecerá por sus almas el rosario que rezará en la Catedral.
Cuando regrese a San Pablo, con su estación de penitencia cumplida con aún más sentido del que ya le daba, la hermandad apagará, junto a los demás, el cirio con la esperanza puesta en que a la vez que lo hace apague también el dolor de quienes sufren por la enfermedad y por quienes el Viernes Santo rezará especialmente la Virgen del Rosario.
J. P.
Fuente: El ABC de Córdoba. (ENLACE).
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