-DEVOCIÓN EN MARTES Y TRECE.

Los cordobeses cumplen una vez más su cita con la Virgen de los Remedios para acudir a su besamanos y a la ofrenda floral en un día conocido por la mala suerte. Miles de cordobeses recorrieron ayer las calles del Casco Histórico de la ciudad que conducen hasta la Iglesia de San Lorenzo. El motivo no era otro que acudir al besamanos y a la ofrenda floral de la Virgen de los Remedios, que tal y como marca la tradición se celebra cada martes y trece. Desde las 07:30 hasta las 22:00, una larga cola de fieles rodeaban el templo impacientes por ver la imagen mariana para pedirle tres deseos en un día conocido por todos los mortales, mínimamente supersticiosos, por la mala suerte. Aunque la mayor afluencia se registró durante la tarde. Y es que la Virgen de los Remedios es muy querida por el pueblo cordobés, que cree y siente la fe desde el más profundo cariño. Según la tradición, de los tres deseos que se le pueden pedir a Nuestra Señora de los Remedios, uno te lo concede con absoluta seguridad, un porcentaje de acierto nada despreciable que, como se puede ver, no pasa desapercibido. Rafaela asegura que desde hace 20 años no ha faltado al besamanos de la Virgen de los Remedios. "Siempre estoy pendiente del calendario para que no se me pase ningún martes y trece para acudir hasta la Iglesia de San Lorenzo y pedirle a la Virgen que a mi familia no le falte salud", dice. Del mismo modo, Antonia y Dolores comentan que desde pequeñas no han faltado a esta cita "ni una sola vez". Para ellas lo más importante es pedirle a la Virgen que cuide de sus familiares y que haga todo lo posible para que mejore la situación de muchas familias afectadas por la falta de trabajo. No obstante, para otros los tres deseos son una excusa para ver la cara de la Virgen, como menta Milagros, una vecina del barrio de San Lorenzo. "Soy devota de esta imagen de toda la vida y puedo asegurar que uno de los tres siempre se cumple", explica. Pero este día también es aprovechado para hacer negocio a las puertas del templo. Desde primera hora de la mañana, Luisa acude a cada besamanos cargada de claveles, margaritas y clavelinas para que los devotos se las ofrezcan a la Virgen. Señala que aprovecha "este día para vender flores entre los fieles que acuden a esta cita, y la verdad que el negocio no va nada mal". Aquellos que ayer no pudieran asistir al besamanos deben de esperar el mes de julio en el que denuevo el calendario marca otro martes y trece. El Día de Córdoba.

Posted in: NOTICIAS