En el mismo acto se presentó el cartel del 2010 de estas hermandades.
Por primera vez la iglesia del Juramento de San Rafael acogió anoche el pregón de las hermandades de gloria 2010, que en esta ocasión estuvo a cargo del periodista y cofrade de la hermandad de los Dolores Jesús Cabrera. Tras la intervención de la banda de música de Nuestra Señora de la Estrella y previo al acto central de la noche, se presentó el cartel de las glorias 2010 que reproduce una obra del artista cordobés Miguel Arjona.
A continuación tomó la palabra el cofrade Cristóbal Polonio, que presentó al pregonero, quien minutos después subió al atril y, ante la imagen del Arcángel San Rafael, comenzó su disertación. Cabrera ofreció un texto en prosa donde fue rebuscando en la historia y devoción de las advocaciones de gloria de la ciudad, haciendo un recorrido, como él mismo indicó, "tanto por lo más reciente como por lo más remoto, porque todo ello constituye una unidad que abarca un buen puñado de siglos", señaló el pregonero.
Asimismo, no dudó en reivindicar la importancia de las advocaciones de gloria en la devoción popular cordobesa: "Las glorias se encargan de hacer patente la religiosidad popular de esta ciudad a lo largo del calendario, ellas sostienen fiestas y devociones que de otro modo se habrían perdido, ellas guardan mejor que nadie la memoria de una ciudad que a la hora de hablar de hermandades solo piensa en las de Semana Santa".
En otro momento del pregón, recordó cómo el callejero de la ciudad recuerda a muchas advocaciones hoy ya perdidas en el tiempo. "Sus advocaciones llegaron, antes que ninguna otra, al callejero de la ciudad --Amparo, Candelaria, Alegría, Montañas-- en sonora letanía urbana que bendecía calles y viviendas".
Sus últimas palabras fueron para la Virgen de la Fuensanta, con la que concluyó el pregón: "Qué mejor que terminar con su nombre en mis labios, pidiendo por nuestra ciudad a la que por siempre será nuestra madre".
Diario Córdoba.
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