La lluvia ha hecho que el precio de las flores se dispare, justo en el peor año de la crisis, en el que las hermandades se ven obligadas a recortar los gastos en exornos.
Hasta los claveles se van a tener que apretar el cinturón al tallo este año. El lluvioso invierno vivido, y a pesar de que las previsiones auguran que no hará acto de presencia en la Semana Santa cordobesa, ya ha perjudicado a las cofradías, disparando el precio de las flores justo en el peor año posible, un 2010 en el que la crisis ha mermado los ingresos de las hermandades.
Así lo confirman empresarias como Lourdes Nevado, de Flores EVA SL, una de las grandes distribuidoras de Córdoba y encargada este año de los pasos de ocho hermandades distintas. "Los invernaderos de Chipriona y de la Costa del Sol están arrasados. Las flores de bulbo este año tendrán que venir de Holanda", explicaba ayer la empresaria, recordando que el precio de una decena de iris, por ejemplo, no bajará de entre los 8 a 9 euros, mucho más de lo que costaría si fueran flores cultivadas en Andalucía de igual calidad certificada.
En el mismo caso se encuentra el clavel, una flor que, año, tras año, va perdiendo presencia en los pasos cordobeses, pero a la que no renuncian algunas de las más tradicionales hermandades. La falta de sol ha impedido que el clavel abra sus pétalos a tiempo, por lo que la práctica totalidad de esta flor que se vea en Semana Santa vendrá desde Colombia y Ecuador. Esto supone un gasto de transporte y un encarecimiento del precio hasta los 9 euros la docena, frente a los entre 5 o 6 euros la docena del clavel nativo.
Para colmo, la crisis, que ha mermado este año los ingresos de las cofradías, ha llevado a muchas hermandades a restringir en gasto para los exornos. Lourdes Nevado afirma que "hay algunas que solo pueden gastar este año la mitad de lo que solían".
Así las cosas, la situación pinta mal para los profesionales del comercio de la flor, un sector que da empleo directo a cerca de medio millar de cordobeses (según estimaciones de los empresarios, sin contar con los puestos de trabajo indirectos) y que tiene en la Semana Santa uno de los momentos claves para que sus cuentas anuales cuadren. De hecho, "esto nos perjudica a todos, y por fuerza se termina notando en el empleo", afirma la empresaria Nevado.
Eso sí, otras fuentes del sector recuerdan que hay floristerías que mantienen precios pactados previamente con las hermandades, con capacidad para hacer grandes encargos al extranjero, lograr precios más competitivos y responder mejor ante el encarecimiento de la materia prima. Para los pequeños negocios, la situación es muchísimo peor, más aún si la hermandad se retrasa al pagar.
Tras la Semana Santa, con una mayor oferta y una demanda menor, los precios caen estrepitosamente, algo que no deja de causar sospechas a muchos responsables de las cofradías. Sin embargo, el mercado de la flor es así de particular. De hecho, en los precios de esta época también influye la demanda nacional (la compra de flor andaluza que se hace para las Fallas) y hasta la internacional, con la celebración de la madre en Rusia e Inglaterra. Ya ven el largo recorrido que puede llegar a tener un clavel.
Diario Córdoba.
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