-COFRADEOLOGÍA.

NO se habla de otra cosa. La Agrupación de Cofradías está ultimando la programación del Curso de Cofradeología que, con motivo del plan Bolonia que arranca el próximo septiembre, se impartirá en la sede de Isaac Peral.

El perfil de los alumnos que quieran cursar el currículo está cerrándose en estos momentos, pendiente de que lo apruebe la autoridad. El curso se dirige, sobre todo, al prototipo de cofrade exquisito sentador de cátedra y dicción campanuda que no da un palo al agua.

Quienes realicen y superen los estudios obtendrán el título de Experto en Cofradeología. Los cofradeólogos tendrán barra libre en toda barra en la que se esté arreglando la Semana Santa. Podrán opinar de todo con solvencia y quienes les escuchen deberán escucharles de rodillas. En toda comisión cofrade que se precie deberá haber al menos un cofradeólogo para dictaminar sobre lo bueno y lo malo, lo cortés y lo valiente.

El cofradeólogo, como contrapartida al prestigio inherente al título y al cargo, deberá asumir la incomprensión de la mayoría necia, lega y taruga que no sabe hacer la O con un canuto en el diseño de cultos, flores, cera, pitos, flautas y demás petitois del estilismo cofrade.

Nadie en su sano juicio debería cuestionar los distinguidos dictámenes del cofradeólogo cum laude de turno de oficio que le toque en suerte en las andanzas de su devenir cofrade. Éste argumentará sus oráculos con citas librescas, o que lo parezcan, si es posible acuñadas en la ciudad de San Isidoro, aliñando sus preciosísimos fallos con equidistancia desdeñosa.

Los requisitos para hacer la preinscripción son: buena vista para ver la paja en el ojo ajeno, tener la lengua larga, la boca ancha, el aguijón afilado, el colmillo retorcido, las manos limpias e hidratadas sin mancha de trabajo, la actitud del perdonavidas y posar como un dandy flagelado por la indiferencia cuando el vulgo necio ignorare las delicatessen de sus juicios.

Esta noticia es ficción, pero podría no serlo. El ABC de Córdoba.

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